Uno de los temas de conversación más importante entre los padres, es la alimentación de los hijos y es que son los alimentos que consumen los que determinan en mayor o menor medida su estado de salud. Para esto hay que tener en cuenta no solo lo que ingieren, sino también las costumbres que le estamos enseñando en cuanto a alimentación se refiere, no olvidemos que una de nuestras responsabilidades como padres es enseñarles buenos hábitos que lo ayudarán en su desarrollo y crecimiento.
Los padres son los que deciden que alimentos llevar a casa: Es cierto que los niños siempre pedirán alimentos menos nutritivos como golosinas o alguna comida chatarra, sin embargo ten en cuenta que el niño elegirá entre los alimentos que ya hay en casa, puedes buscar opciones de tentempié (entre comidas) saludables y ofrecerlos con frecuencia y solo de vez en cuando puedes ofrecerle algún alimento menos nutritivo y que sea de su gusto (esto evitará que cuando caiga en sus manos se desespere por comerlo).
Deja que tu hijo elija que comer: Es importante que los niños conozcan
sus gustos y si seguiste bien la primera recomendación no debes preocuparte por
que en casa solo habrá alimentos y snacks saludables.
Préstale atención a las bebidas: Es muy importante tomar la suficiente agua para estar bien hidratados, al menos 8 vasos de líquidos al día, e incluso más en época de verano o si nuestro hijo realiza alguna actividad física. Las infusiones y zumos naturales son una buena alternativa.
Comer frutas y
verduras diariamente: Deben
intentar consumir en total 5 raciones de
frutas y verduras al día.
Puedes incluirlas en las comidas, o tentempiés (entre comidas).
Estos alimentos les aportarán vitaminas, minerales y fibra.
Establece un horario para las comidas. Enséñales a comer habitualmente a unas horas determinadas y a no comer fuera del horario establecido. Así fomentarás el autocontrol y el niño aprenderá a que su apetito esté regulado por las horas de las comidas.
Evita premiar o castigar con comida. No recurras a la comida como elemento de premio o de castigo, ya que le crearás el hábito de ingerir aquellos alimentos que son más calóricos y poco saludables en momentos que necesite sentirse premiado.
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